El principio del fin del periodismo en Colombia. Entrevista con la periodista Claudia Julieta Duque
Amenazas, secuestros y exilios: ser periodista de investigación en Colombia.
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La periodista de investigación colombiana Claudia Julieta Duque ha sido objeto de intimidación, acoso, amenazas y vigilancia desde 2001, cuando investigaba el asesinato del periodista, político y comediante Jaime Garzón y descubrió que agentes del Departamento Administrativo de Seguridad estaban involucrados en su encubrimiento.
Ese trabajo la llevó a sufrir un secuestro y el exilio en más de una oportunidad, y a raíz de la investigación sobre los ataques de los que fue víctima descubrió “un proceso de espionaje colectivo contra más de 300 personas en Colombia, llevado adelante por la policía secreta”, dijo a Más temprano que tarde.
Duque señaló que en su caso “han sido más de 20 años en una situación permanente de acoso, y he aprendido que el cambio en los contextos de las nuevas tecnologías también ha implicado un cambio en los métodos de persecución.” Y agregó que “lo más grave que pasa en Colombia es que los involucrados en graves violaciones de derechos humanos están en puestos de poder, o llegan al poder gracias a la comisión de crímenes y alianzas con criminales y violadores de los derechos humanos, entonces una persona como yo resulta incómoda para todos los estamentos del Estado”.
Claudia Julieta Duque ha investigado casos de desaparición forzada, reclutamiento forzoso de niños por grupos armados legales e ilegales, el impacto de la impunidad y el derecho a la justicia, la infiltración de grupos de paramilitares en los organismos gubernamentales, y delitos ambientales cometidos por empresas privadas, entre otros.
“Ser mujer periodista ha sido utilizado para atacarme, mi hija fue convertida en un método de violencia política en mi contra, solamente por ser mi hija”. A pesar de la andanada de insultos y descalificaciones que sufre cotidianamente, agrega: “me gusta ser mujer periodista, me siento orgullosa de ser mujer periodista y me encanta dejar por el suelo a todos esos mass planers que te quieren obligar a opinar y a hablar como a ellos les gustaría… al mismo tiempo hay una parte de nosotras que se siente fortalecida en su condición de mujer porque el ser mujer es lo que más les molesta”… una molestia que “solo puede venir de machos”, sentenció.